jueves, 30 de abril de 2009

ENTREVISTA A BEGOÑA HERRERO

"El problema de la ficción española es que la audiencia importa más que la calidad del producto"

Begoña Herrero se declara como una enamorada de la ficción seriada. Desde pequeña se sentía atraída por el mundo audiovisual. Acudía al cine sin parar debido a su amor a los relatos. Cumplió su sueño trabajando en realización de series como Periodistas o Los Serrano. Hoy, con gran recuerdo de su paso por la ficción, es profesora en el departamento de Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid, convirtiéndose en toda una experta de la materia.

¿Cómo te empezaste a sentir atraída por el mundo de la ficción?
Siempre me ha gustado mucho el cine. Solía ir una o dos veces por semana, ya que las series en esa época aún no habían despuntado a excepción de Médico de Familia, Farmacia de Guardia, Hostal Royal Manzanares, etc. Siempre me ha gustado mucho que me contaran cosas y saber de relatos, cosa que es muy interesante en las series. Esa entrega por fascículos, episodio por episodio, me encanta porque sabes que no se acaba ahí, que siempre hay algo más. Es una forma de narración impresionante. El tener una cita cada noche con la ficción narrada, es algo que me atrajo desde que ví mi primera serie.

¿Qué supuso entrar a trabajar en ese mundo?
Entre en realización por casualidad. Estuve tanteando también los campos de guión y dirección pero me llegó esa oportunidad y ahí me quedé. Cuando lo conseguí, podría hablar de puro enamoramiento de la profesión. Me gustaba muchísimo trabajar en lo que siempre me había gustado. Ahora las circunstancias personales han cambiado pero guardo muy buenos recuerdos.

¿Te encontraste con lo que buscabas?¿Es igual la visión que se tiene desde fuera a la que luego te encuentras dentro?
Todo el mundo tiene una visión mitificada de lo que es un rodaje. Piensan que es muy divertido, pero lo que realmente no saben es la cantidad de horas que hay que trabajar. En alguna ocasión puedes llegar a estar 12 horas y eso demuestra lo duro que es. También tiene su lado bueno, ya que puedes ir a trabajar en chándal y nadie te va a preguntar por ello.

¿Cómo se vive el día a día dentro de una serie televisiva?
Es duro porque siempre se va con el tiempo muy justo por dos razones, una económica y otra de actualidad. Cuanto menos tiempo se tarde en rodar un capítulo, más barato sale. Hay que tener en cuenta que se juntan muchos gastos: alquiler de cámaras, de equipo, de plató, etc.
La otra razón es la actualidad. Series como 7 vidas, en su momento, o Aída, por ejemplo, hacen chistes con temas de actualidad. Por ello rodaje y emisión deben estar próximos en el tiempo, porque si no es así los chistes caducan. Toda esta inmediatez genera mucho estrés, sobre todo al final de la temporada. Al principio hay un poco más de tiempo, pero al final he vivido situaciones en Los Serrano de tener hasta tres unidades trabajando, unos en plató y otros en exteriores para poder llegar a la emisión.

¿La audiencia es tan fiera como la pintan?
Sí. Lo que ocurre es que creo que actualmente los datos de audiencia no están haciendo justicia. La audiencia importa más que la propia calidad del producto, ése es el problema de nuestra ficción. Es injusto porque la forma de medición está bastante falseada. El mando de la televisión lo puede tener la abuela o el niño, por ejemplo, y entonces los productos que quedan son los que les gusta a los que tienen el mando. Muchos buenos productos caen por este problema y no se tiene en cuenta el dato real de la audiencia cautiva, porque también hay personas que ven series por Internet y eso no está medido, siendo un número importante de seguidores. Así pues, la audiencia sí que es la auténtica bestia de este mundo y genera problemas bastante graves.

¿Desde dentro de una serie se nota esa presión?
Sí. Se vive con muchísimo estrés y mucha intensidad. De hecho al día siguiente de la emisión, cuando vas a trabajar, lo primero que preguntas es el dato de audiencia que has hecho el día anterior.

Las series españolas son muy criticadas cuando se comparan con las americanas, ¿crees que está justificado o que las españolas pueden ser un modelo a seguir?
Las críticas vienen mucho por series de investigación, policíacas, etc. Hay que tener en cuenta que para llegar al nivel de calidad de CSI, por ejemplo, hay que tener mucho presupuesto. También es cierto que allí los actores tienen una calidad a la que aquí nos cuesta mucho llegar, pero esto es un país más pequeño en el que no hay tantas estrellas y actores de los que tirar. Combinar todo tipo de características en un actor es dificilísimo y podríamos llegar a 5 como mucho. Y además, para colmo, la mayoría ya están ocupados o no quieren hacer televisión, como Miguel Ángel Silvestre.
Entonces, es injusto comparar la ficción americana con la española, porque es como comparar un jamón de pata negra con uno de 7 euros, los primeros se crían de una manera más selecta y los segundos de otra.

A pesar de ello, ¿se encuentra en buen momento la ficción de nuestro país?
En dramedias, como pudo ser Médico de Familia o Los hombres de Paco y Águila Roja hoy, sí que se está consiguiendo un estandar de calidad interesante. De hecho, la ficción española se está vendiendo, tanto los formatos como las ideas. Eso quiere decir que en cuestión de creatividad la ficción española no está en mal momento.

Águila Roja (vídeo: 2:25)



¿Qué le falta a las series españolas para dar ese último salto de calidad?
Para empezar creo que se pueden mejorar las condiciones laborales, porque en muchos casos son pésimas. Pero en general, la ficción española se encuentra en un proceso de avance. Para dar ese salto de calidad, lo más importante es el presupuesto, independientemente de los guiones, el equipo técnico, etc.
Lo que ocurre es que en Estados Unidos cuentan con un mercado interior tan grande que se pueden plantear una serie carísima. Por ejemplo, un capítulo de Perdidos cuenta con un presupuesto enorme comparable al de algunas películas, pero saben que con la posterior venta y el mercado exterior ya amortizan el producto. Entonces lo que ocurre aquí es que tenemos que atenernos a lo que pueda pagar una cadena y además con la bajada en la inversión publicitaria se dificulta aún más este tema del presupuesto actualmente. Así pues, contar con presupuestos altos se hace casi imposible. A nivel creativo creo que hay bastante equilibrio entre lo que se puede hacer y lo que se hace. Y esto lo sé, porque la gente con la que he trabajado siempre pone lo mejor de sí mismo.

¿Puede existir una receta para el éxito?
Ninguna. En España se tiende a hacer series para un público generalista. Han pasado los tiempos en los que se arriesgaba en los géneros. El problema en España es que se pide una gran audiencia y para eso necesitas integrar a todos los públicos. Para ello tienes que combinar sobre todo drama y comedia, lo que da el típico producto español.

¿Qué series españolas te han dejado un mejor sabor de boca?
Por ejemplo, Cuéntame como pasó. La seguí durante bastante tiempo y me parece que está muy bien hecha. También series como Compañeros, Periodistas, Policías... En fin, hubo un conjunto de series a finales de los 90 y principios del siglo XXI que estuvieron muy bien realizadas. Hoy ya se han quedado un poco antiguas pero sí que es cierto que en su momento tuvieron gran esplendor. En la actualidad he visto Génesis, Simuladores, Cuenta atrás… Y hoy, estoy un poco desenganchada porque me estoy fijando un poco más en la ficción americana, pero Águila Roja creo que también está siendo muy bien llevada, al menos en el sentido del entretenimiento.

¿Hay series que no se deberían haber hecho nunca?
Muchas. Por ejemplo, la última que hizo José Luis Moreno, A ver si llego. Era pésima. Parecía que era un teatrillo mal hecho y el público en ese sentido la ha sabido castigar. Aquí no hay quien viva era también un poco burda y teatral desde el punto de vista de la realización, pero en cambio tenía un guión muy ingenioso, un gran descaro y de hecho al verla me reía muchísimo. Ahora parece que se exige más un cierto nivel. Te puede gustar más o menos el argumento, puede ser una serie que te enganche desde el principio o tarde un poco más, pero se ha llegado a un estandar de calidad del que no debería bajarse.

A ver si llego (vídeo: 1:25)




Álvaro Perea